domingo, 2 de octubre de 2011

TRIATLON TITÁN, TODA UNA FIESTA

El pasado sábado puse fin a mi temporada como ya dije de la mejor forma posible: corriendo el Titán, cerca de casa y entre amigos.


Tras el Ironman de Frankfurt y sin ya objetivo me he limitado a hacer pruebas cerca de casa y con la única pretensión de pasarmelo bien y procurando no sufrir mucho.

Así con muy poco entrenamiento y sabedor de lo que me esperaba, mi experiencia en este tipo de pruebas tenía que ser importante.

El día se presentaba muy ventoso con el agua muy picada, como nunca la había visto en las numerosas ocasiones en las que he estado, lo que iba a complicar la vida de los triatletas más y antes de lo deseado. La organización obró inteligentemente y con rapidez para cambiar la configuración del sector y hacerlo más seguro. El sector más corto de los 2000 metros marcados hizo que algunos deportistas tuvieran que rendirse seguramente muchísimo antes de lo que jamás hubieran pensado. Yo hice mi sector con comodidad y relajado, al igual que mi transición tratando de comenzar a ahorrar energías para el resto del día, a partir de ahí comenzaba el sector de ciclismo donde a la dureza del circuito habría que añadir el fuerte viento que en muchos momentos, con sus rachas, pusieron en peligro a los triatletas. En cuanto me monté en la bicicleta ya supe que mis piernas no iban a acompañar a mi cabeza así que decidí encender el cerebro y limitarme a realizar el recorrido, sin más, dejandome caer en las bajadas y aprovechando para hidratarme y comer cada momento adecuado. El puerto de las Palomas lo pasé bien pero en el Boyar eché de menos algún diente más. Parece mentira lo que hace la falta de entreno, de pasar estos puertos sobrado y a buen ritmo, a casi penar y tener que consolarme con que otros iban peor. Las Palomillas se hacen fácil porque nos da el viento de culo y ya solo queda la peligrosa, esta vez más, bajada de las Palomas, donde se producen algunas caidas graves. La prudencia es fundamental y como no nos jugamos nada y 10 minutos arriba o abajo no tienen importancia hacer alardes nos puede llevar al suelo. Así nuevamente me dejo caer y ya huelo los boxes. Paso por el avituallamiento de Zahara, donde mi mujer y mis hijas año si y año también curran de lo lindo, saludando. Estoy superrelajado y disfrutando de cada detalle de la prueba.

Transición más rápida y a correr. Salgo a buen ritmo pero sin forzar, voy fácil y adelantando algunos triatletas que han dejado la bici antes que yo. Me limito a correr y voy animando a los que paso y algunos con los que me cruzo, ¡qué lujazo de prueba! Continuo con mi carrera sin reloj, sin mirar el puesto, solo pensando en que correr aquí no tiene precio. Voy disfrutando y sin sufrir. Mis pupilos van con buena cara y me alegro un montón. ¡Qué grandes!

El avituallamiento de mi gente ya está cerca, esponjas, agua y hasta ahora que vuelvo en un rato. Tengo un triatleta a unos 500 metros, yo sigo a mi ritmo, disfrutando. Lo adelanto y me hace un cambio mirando hacia atrás... ¡¡Disfruta hombre¡¡¡ no sabes lo que te pierdes haciendo eso. Saludo a mi amigo Javi que está haciendo hoy más kilómetros que yo (para que luego digas que no entrenas¡¡¡¡). La gente, algunos entre cerveza y cerveza, animan a rabiar, cruzo la meta muy contento, entero y con sensación de que el objetivo de disfrutar lo he cumplido con creces. Quizás pudiera haber ido mucho más rápido pero seguro que no hubiera disfrutado ni la mitad de lo que lo he hecho.

Mis pupilos llegan todos felices, todos por debajo de las 7 horas (Javi hizo 7 horas peladas) y seguro de que están en el buen camino: disfrutar de las pruebas de resistencia a tope es el objetivo¡¡¡

Muchos amigos, grandes campeones (sobretodo me refiero a los últimos que lo dan todo por ser titanes) y una organización con sus colaboradores y voluntarios al frente, como siempre, haciendo una gran familia.

Lo que no me gustó, desgraciadamente como otras veces, los que ensucian el entorno tirando envoltorios y basura: Guardarlo en el bolsillo no cuesta nada y nos hace mejores deportistas y de paso contribuimos a que puedan seguir pruebas especiales como estas. No todo es batir un record o ganarle al compañero de club y por llevar 20 gramos más en el bolsillo tampoco subiremos ni bajaremos más rápido.

Tampoco me gusta los que sobrepasan sus límites poniendo en riesgo su propia vida. A lo mejor sin sobrepasarlos nos hubieramos evitado algunas de las caídas grave que se produjeron. De todo esto debemos aprender.

A todos enhorabuena por los esfuerzos. El año que viene, como participante o colaborador, allí nos veremos.

4 comentarios:

Javier Morilla dijo...

Que bien te lo pasaste ¡¡¡ y cuanto me queda que aprender de esa actitud ¡¡¡ Enhorabuena, y perdona por no acompañarte esos últimos metros ¡¡¡ ;-)

FRAN dijo...

Ya no sólo haces cosas grandes, sino que con tu saber consigues que los demás las hagan. ¡Vaya grupo de entreno bien trabajado! ¡Vaya grupo de entreno que ha sabido sufrir! ¿Qué tendremos para la temporada que viene...?

Anónimo dijo...

una vez más enhorabuena, eres un Señor del triatlón. Al final no pudimos animarte como nos hubiera gustado, pero que sepas que estuvimos allí sufriendo y disfrutando.un abrazo Silver y family

GAVI7498 dijo...

Enhorabuena, te sigo y gracias a ti y varios triatletas blogeros de la provincia cada vez me gusta mas el triatlon,