Me encanta correr pruebas de distancia Ironman porque son imprevisibles y te hacen improvisar y adaptarte lo que le confiere un atractivo añadido.El pasado domingo los 3000 participantes en la prueba de Frankfurt tuvimos la oportunidad de comprobarlo, los que mejor se adaptaron o soportaron las circunstancias salieron victoriosos, los que estamos acostumbrados al calor y a las temperaturas agradables afrontamos ya desde el comienzo un prueba complicada.
A las 6 y 45 de la mañana y después del típico supermadrugón me presentaba en la línea de salida con esperanza en poder cumplir mis objetivos, con algunas dudas y con molestias en el cuello provocadas por dormir mal los días anteriores pero optimista.
Este año estaba nadando mejor que nunca y estaba confiado en salir en un buen tiempo y con mejores sensaciones cara al sector del ciclismo. Tras la espera soportando las bajas temperaturas y con puntualidad germana se da la salida, nuestra natación es relativamente fácil porque al nadar junto con los pros y algunos grupos de edad hay mucha agua limpia, con todo nado con muy malas sensaciones sin coger ritmo, a pesar de ello pienso que puedo salir decentemente, el resultado es decepcionante 1h 4´, el peor tiempo de todos mis IMs, parece ser que tenía 200m más pero aún así no es ni mucho menos lo que esperaba. La transición es larga ya que hay que abrigarse, hace frío y llueve. Los primeros kilómetros son rápidos y marcho a buen ritmo, a pesar del tiempo no tengo malas sensaciones aunque es peligroso circular entre tanta línea blanca y con el asfalto resbaladizo. Con el paso de los kilómetros se ve el nivel del personal a los que parece no afectarle el día de perros que nos está acompañando. A partir del kilómetro 100 el viento sube muchísimo en intensidad y los parciales se resienten bastante, con todo no voy cansado y me marco un ritmo regular pese a que me siguen pasando algunos triatletas como auténticos cohetes. La carrera tiene bastante animación y la organización en este sector es perfecta con tráfico cerrado y control absoluto.
Se acerca lo decisivo en estas pruebas, la maratón, al soltar la bici me digo: “si quieres hacer al menos sub 10 ya sabes tío, hay que correr”. Y ahí voy, adelanto gente con facilidad y voy pasando kilómetros a ritmo sostenido y bastante controlado. Los geles que dan no me gustan y me limito a beber solo red bull, me he olvidado mi cinturón con los míos así que pienso que tarde o temprano tendré problemas, dicho y hecho, empiezo a bajar el ritmo y a no tener buenas sensaciones aunque sin perder el norte y viendo como algunos a los que había pasado me vuelven a pasar. Los últimos 6 km se me hacen duros. La carrera está bestialmente animada y de vez en cuando recibo los ánimos de algunos paisanos que siempre vienen bien, en estos momentos mejor. Ya tengo ganas de llegar y voy reduciendo lo que me queda pensando en recorridos habituales de entreno, ya está hecho.
Alfombra roja y recta de meta, al final 9h 51´ con una maratón de 3h 17´ pese a los problemas, creo que es para estar contento aunque hoy valía mucho menos, supongo que como todos pienso que podía haber dado más. Vuelvo a ser finisher terminando entero y habiendo disfrutado de todo el camino. Perfecto entonces.
El objetivo inicial de clasificarme para Hawai se quedó a 10´ y lo que cuentan del nivel de esta prueba no es mentira. El nivel medio es brutal y conseguir el slot es difícil. Frankfurt y su Campeonato de Europa me ha dejado satisfecho. Es una prueba muy muy recomendable, con una organización rayando la perfección y con unos circuitos muy atractivos. Ahora toca descansar y meditar con frialdad.
Desde aquí agradecer a los que me mandaron energía para poder hacerlo mejor, a mis compis de entreno y como siempre a mi GRAN FAMILIA, que lo soporta todo y sufre conmigo. Recordad: “Os debo mucho”
Además de lo que me llevo de la prueba me llevo también los buenos ratos con los compis de Baracaldo con los que compartí mesa y charla, la botella de champan va por vosotros¡¡¡¡ y con el amigo Pedro Castilla, superfuerte este año, que se vio obligado a retirarse por el frío.
La mención especial a Silvestre y su familia, su mujer Eugenia y su hija Irene. Me han hecho muy fácil la estancia, me lo he pasado muy bien con ellos haciéndome sentir como si les conociera desde hacía muchos años. Ha sido una suerte conoceros y seguros que nos encontraremos en el camino. Ya sabéis, aquí tenéis un amigo. Por cierto su debut espectacular: 10h 35´ corriendo en 3h 24´ la maratón… Lanzarote te espera.
Ya contaré más detalles pero ahora toca descansar.