viernes, 27 de agosto de 2010

DESINTOXICACIÓN

Si hace unas cuantos semanas no me aguantaba en pie con el cansancio que arrastraba y hace tan solo dos, con la gastroenteritis sufrida y la falta de entreno necesitaba mucha fuerza mental para concluir el Embrunman. Hoy, tras una semana de descanso total, y cinco días de entreno parece que he recuperado la energía que me faltaba y la motivación por entrenar. Estoy disfrutando de mis salidas y me apetece mucho entrenar. La prueba parece que me ha servido como desintoxicación total del organismo y me siento muy bien. Nada que ver con otras veces, que tras finalizar un Ironman me costaba volver a empezar y encontrar una motivación para seguir. Sin diversión no merece la pena el sacrificio y ahora me divierto.
Mi temporada de triatlón ha concluido este año (con muy poco, todo hay que decirlo), ahora me apetece hacer otro tipo de actividades y pruebas deportivas y el año próximo, si me respeta la salud, volveré a mi distancia favorita a ver que tal me va.

martes, 24 de agosto de 2010

VIDEO EMBRUNMAN

Para que quede constancia de mi paso por el Izoard en la mítica Caisse Deserte ahí dejo este video. Es poquito pero ahí estoy.


jueves, 19 de agosto de 2010

EMBRUNMAN II

La natación la hago muy cómodo, saliendo suave desde atrás y casi sin recibir golpes. Con noche cerrada comenzamos y en la segunda vuelta ya ha amanecido por lo que las boyas (con luces) se ven ya perfectamente. Es un gustazo nadar en las aguas del lago, que además están a una buena temperatura. Completo el tramo totalmente entero en un tiempo más que aceptable.
En la transición aprovecho para abrigarme y comenzar el sector de bici donde, sin duda, estará la clave para poder o no finalizar la prueba. Salgo de boxes y me doy cuenta que no me he puesto los guantes, ya da igual, aunque después me acordaré de ellos. Mi ritmo ya se como será, me limitaré a ir cubriendo kilómetros con el mínimo esfuerzo. Me pasan triatletas a cientos algunos haciendo alardes que seguro terminarán pagando.
El sector de bici me lo he dividido en tramos para hacerlo llevadero y que mi cabeza funcione en condiciones. Fue lo primero que hice, encender mi cerebro.
El primer puerto no es muy duro, sobre todo porque vas fresco y se pasa relativamente rápido. Ahí comparto tramos con dos españoles que se muestran dispuestos a hacerlo junto a mi. Yo voy a mi ritmo y en el primer descenso se van hacia delante. Aquí ya hay una ambulancia que atiende una dura caída de un participante. La prudencia es vital.
Hasta volver a Embrun pasan unos 40 kilómetros con algunos repechos pero que se hacen cómodos. Desde aquí hasta la subida al Izoard existe una zona de transición que a mi ritmo es muy fácil de cubrir. A medida que pasan los kilómetros el paisaje cambia, sobre el 70 comienza una zona de falso llano que nos llevará hasta las faldas del Izoard. ¡Cuántas batallas se han sucedido en estas rampas¡ El puerto no es duro. No tiene grandes rampas y no se hace duro en ningún momento. Mi estómago si me lo hace pasar mal. Así quiero llegar a la cumbre para ver si hay servicios. Corono y no hay nada. No puedo con los retortijones así que, apesar del frío me despojo de todas mis ropas y tengo que hacer mis necesidades tras el cartel del col. ¡Qué buen recuerdo dejo allí¡ me pongo el chubasquero y me dispongo a iniciar el descenso. Hace mucho frío pero el tiempo aguanta sin llover. Me "lanzo" hacia abajo. A los pocos kilómetros no me siento las manos y tirito encima de la bici. Debo frenar en las rectas para que la bici no se embale ya que a esas velocidades no soporto el dolor. Continuo sin problemas, desde aquí me quedan unos 90 a la T2. Queda aparentemente poco pero lo peor aún no ha llegado. En el penúltimo puerto, que a mi me pareció lo más duro del sector me comienza a llover, primero timidamente y después con mucha intensidad. Las rampas son fuertes y el descenso no va a ser fácil. Corono y bajada. No es muy técnica asi que tampoco tengo problemas. Ya estoy cerca. Van pasando los kilómetros y llego a Embrun, aquí si te acuerdas de la madre de quien diseñó el recorrido. Ves a la vente corriendo y tu comienzas el último puerto. Pese a mi ritmo, se me hace muy duro y largo, aún así voy fresco. He comido muy poco tratando se reservar el estómago y no he cogido nada de la organización salvo agua, esto es un handicap importante. El último descenso es muy peligroso con un firme en mal estado y muchas alcantarillas. Ya estoy terminando. Al entrar el boxes veo a mi gente que está por allí. Me tranquilizo.
Calcetines secos y vasito para correr (esta es una novedad: te obligan a correr con un vaso para que lo vayas rellenando en los avituallamientos por motivos mediambientales ¡qué despropósito¡) y nueva visita a los servicios.
Comienzo a mi ritmo, suave pero con el objetivo de no parar. El circuito es duro pese a que haya gente capaz de correr en menos de 3 horas ¡¡Bravo Marcel¡¡ los metros van pasando y desde el metro 1 soy consciente de que lo terminaré si o si. Sobre el kilómetros 15 comienza una tormenta impresionante que ya no parará hasta el final. Hace frío y la lluvia duele. Los corredores sobreviven a este infierno. El vaso me sobra por lo que me deshago de él. Ya he parado varias veces a hacer mis necesidades. Son mis únicas paradas. No he andado ni un metro y corro, muy lento, pero corro. Queda poco pero parece que no termina, pero estoy ahí.
Kilómetros 40 y ya solo me queda una pequeña vuelta sobre los boxes y ya está. Afronto la recta de meta y pongo fin a la prueba. Tengo mi mirada Embrunia y soy finisher. 14 horas 38´ me ha costado, pero eso no me importa. Si hubieran sido 17 horas también estaría satisfecho.
No me paro, recojo mi material bajo el diluvio y me voy a buscar a Loli y Natalia. Totalmente empapadas y ateridas de frío me esperan en la furgoneta. No se merecían tanto sufrimiento pero lo hemos conseguido. SOMOS FINISHERS EN EMBRUN¡¡¡¡¡
Con esto he vuelto a crecer, se lo que tengo a mi lado y se que puedo hacer cualquier cosa que me proponga. Si lo he conseguido en estas condiciones...
Desde aquí mi total adminación a quienes pese a las condiciones meteorológicas fueron capaces de concluir (el último en 18 horas)
La opinión de la organización me la reservo pero creo que no está a la altura en muchos aspectos de semejante prueba. Esta gente que corre se merece un poco más. De todas formas ya reservé un huequito en mi corazón para Embrun y seguro, Dios mediante, que nos volveremos a encontrar.

miércoles, 18 de agosto de 2010

EMBRUNMAN I

Ya estoy de vuelta después de pasar algunos días en los Alpes con parte de mi familia. He preferido dejar unos días para escribir algo porque si lo hubiera hecho a las horas de terminar el Embrunman todo hubiera sido muy diferente.
Lo primero es agradecer a Loli y Natalia, que estuvieron conmigo allí, su energía, su paciencia y su amor y pedirles perdón por el sufrimiento que tuvieron que padecer. Sin ellas no se que hubiera sido de mi.
Como ya he contado, este año la salud no me ha acompañado y con muy poco, poquísimo, me presentaba a una de las pruebas más duras de resistencia. Si en cualquier Ironman los porcentajes de mente y físico están al 40-60, yo debía afrontarla con un 80-20 y rezar para que mi experiencia en larga me ayudara a cruzar la meta.
Así, el día 11 tras dos mil kilómetros de coche llegaba a Embrun, ese pequeño lugar que tantas veces había visto en revistas y videos y en el que muchas veces soñé estar para completar su mítica prueba.
El sitio es espectacular y solo queda llegar, disfrutar de los días previos y ultimar algunos detalles. Con la incertidumbre de como afrontar la prueba el día posterior se presenta negro, amanezco con vómitos y diarreas. La prueba ya no se complica, se hace imposible. Me estoy vaciando y mi cabeza ya no es capaz de tirar para adelante. Los ánimos no son suficientes para parar ésto.
Para cortar con la diarrea no tengo más remedio que acudir a las pastillas que me indican en la farmacia. No estoy comiendo y me encuentro débil y algo aturdido. No puede ser, pero ya lo he decidido, no tomaré la salida.
Pese a todo, recojo dorsales y el día antes, donde diluvia durante horas, entrego la bicicleta en bóxes, con una más que patética organización, que nos mantiene más de una hora bajo una lluvia intensísima, mojándonos y haciéndonos pasar mucho frío solo para entregarla y realizar los "marcajes".
La diarrea se ha cortado y trato de comer algo e hidratarme. A la salud se une mi pánico a las bajadas en estas condiciones. Mi cabeza da vueltas y vueltas a la situación.
Algunas llamadas y mensajes de ánimos de algunos amigos y familiares y sobre todo, ver lo que hacen por mi, quienes están a mi lado, hace que decida que estaría en la línea de salida.
Día 15 de agosto, 3 y media de la mañana, suena el despertador y ya estoy dispuesto para el reto. Como algo y me dirijo a boxes. Mi estrategia es clara, olvidarme que estoy en una prueba con dorsal y plantearme el reto desentendiendome de todo. No llevo reloj ni velocímetro y me voy a guiar por las sensaciones y mi experiencia. Me he grabado a fuego que deben ser un grado.
Hace fresco pero no frío, hay nubes amenazantes en las montañas que nos rodean pero estoy convencido que el día nos respetará.
Rodeado de españoles la espera es más fácil. Aquí se recupera el espíritu de mis inicios en el triatlón y todos son ánimos y compañerismo. En poco tiempo se unen lazos con gente que antes ni conocías. Comparto espacio con algunos gladiadores del Prat y con dos camaleones a los que el tiempo se les ha venido encima y apuran para ponerse sus neoprenos.
Yo he preparado ropa seca y estoy dispuesto a "perder" todo el tiempo que sea necesario. La hora de la verdad se acerca. A las 5:50, salen las mujeres y una larga fila de triatletas se dirigen a las aguas del lago. Me despido de algunos compañeros deseandonos "fuerza y honor". Es muy emocionante.
Busco a mi gente pero no las encuentro, suena el disparo de salida y camino lentamente hacia el agua mirando para los lados con tan mala suerte que no veo una tabla que hay delante mía y me golpeo el dedo del pie, creo que me lo he roto o me cuelga la uña ya que con la oscuridad no me lo veo. Con el pie en esas condiciones (más madera) comienzo mi natación. Ya estamos en faena.

miércoles, 4 de agosto de 2010

SI QUIERES PUEDES

Pues entramos en los días en los que me enfrento a situaciones nuevas en mi vida. Así el viernes, después de muuuuchos años juntos, mi media parte (o más) y yo, hemos decidido formalizar lo que desde tiempo ya era formal. Así pues, ¡¡¡NOS CASAMOS¡¡¡ Los que me conocéis bien sabéis de mi fobia a los actos sociales. Será por ello, un acto íntimo donde estaremos junto a algunos familiares y amigos. No es por quedar bien, pero nos hubiera gustado que pudieran estar muchos más.
Después del SI (espero), nos tomaremos unos diitas relajados en los Alpes donde yo “aprovecharé” la estancia para intentar llegar a meta del Embrunman. Creo que sería un broche de oro ideal a esta semana. De todas formas tengo los pies en el suelo y soy consciente de las dificultades por las que pasaré para llegar a meta. Lo afronto con ilusión pero con una escasísima preparación debido a los problemas que he ido teniendo a lo largo de la temporada. Espero que mi experiencia y la energía que seguro me enviaréis desde aquí me ayude.
Me gustaría agradecer a toda la gente especial que he conocido en estos años lo que me aportan y a quienes me apoyan de una u otra forma a que pueda seguir disfrutando de nuevos retos y me sienta joven.
Ahí os dejo otro video de lo que me espera el día 15.



EMBRUNMAN 2007
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