jueves, 4 de agosto de 2011

IM FRANKFURT II

A la mayoría de los triatletas populares que competimos fuera de España en pruebas IM siempre nos genera bastante estres el viaje y los preparativos de éste. Nos gusta tener todo bajo control, circunstancia ésta a veces imposible. La información de compañeros que ya estuvieron allí, caso de tenerlos, siempre ayuda y los foros en ocasiones generan más confusión que otra cosa. Por ello contaré como organicé mi viaje y como, en líneas generales está montado el de Frankfurt por si a alguien puede servir de ayuda.
Los viajes es mejor siempre hacerlos con tiempo para que no nos entren agobios y poder solventar bien los posibles imprevistos, si se quiere hacer turismo es mejor dejarlo para después de la prueba. Yo, sin embargo realicé el vuelo por cuestiones laborales y familiares el viernes previo a la competición, la compañía elegida, Ryanair, con la que me va bien y me ahorro unos eurillos. No hay problemas con la maleta de la bici por la que se pagan 40e y al ser vuelos directos se evita el riesgo de extravío. Este vuelo nos deja en el aeropuerto de Frankfurt Hann a unos 100 km de Frankfurt, lo que parece un problema no lo es ya que hay autobuses lanzadera con mucha frecuencia que te dejan en la estación de trenes muy cerquita del meollo, sin problemas para meter la bici por la que se paga un extra de 7e, que en la ida no me hicieron pagar pero en la vuelta si. Me alojé a 200 metros de esta estación, en el Frankfurt H
ostel, 40e alojamiento y desayuno buffet aunque hay muchísimos hoteles muy cerca y por supuesto de variados precios. En el mío estuve tranquilo, había buen ambiente y pese a la almohada pude descansar lo suficiente. Compañeros que se alojaron en anteriores ocasiones me comentaron que había cierto jaleo por las noches, no fue este mi caso.
Una vez que te orientas ya encuentras el camino más corto a todos sitios. Oficina de carrera, expo (no muy grande) y meta también están muy cerca, se puede ir cortando camino entre las calles o bien dando un paseo por el río, sólo depende del tiempo del que se disponga, en ambos casos no están lejos. Recogidas las bolsas y los dorsales, lo más importante es decidir donde se come, hay bastantes restaurantes con comidas indigestas y supermercvados con no mucha variedad. Para comer nuestros favoritos suelen ser los italianos que en este caso también se encuentran cerca, a dos calles de mi hotel había un restaurante italiano con buena comida y mejores precios, atentos a los horarios que nos pueden trastocar nuestros planes.
Para la fiesta de la pasta hay dispuesto billete de metro gratuito que hay que solicitar en la oficina de carrera, es válido desde el viernes hasta el lunes, cinco paradas nos separan del lugar donde se celebra ésta y la entrega de premios. Muy cómodo y bien pensado para los triatletas.

Para el check in también hay dispuestos autobuses que salen con frecuencia y en los que se mete también la bici, hubo algunas quejas porque tardaban, pero a mi no me lo pareció. Foto de seguridad para facilitar el check out y bastante rápida la comprobación del material con los voluntarios haciendo labores de acompañamiento y dando información previa de interés (salida del agua, dirección para salir en bici, etc.).
El día de la prueba por supuesto hay que madrugar muchísimo, dependiendo del hotel hay dispuesto desayuno o no, yo en el mío no pregunté y me procuré mi desayuno habitual, más seguro y rápido. También había autobuses que salían con frecuencia para la zona de salida, desde el intercontinental (Hotel oficial de la prueba) muy cerca de mi hotel, sin prisas y practicamente sin esperas.
La prueba como ya comenté con una organización pese al día díficil climatológicamente hablando rozando la perfección, control absoluto de cruces, muchos avituallamientos con la curiosidad de que daban esponjas en bici con la que caía, balas de paja para mejorar la seguridad en algunas curvas y mucha animación en un día poco propicio. Buenas atenciones en la llegada con catering algo escasillo en variedad pero suficiente para que no te quedaras con apetito, diploma y medalla cerquita y sin tener que esperar.
El check out bastante seguro utilizando la foto que nos hicieron el día previo. En mi caso no coincidía y salía un grandullón de dos por dos con otra bici que evidentemente no era yo. Tras superar no sin dificultades la mente cuadriculada del responsable me la pude llevar. Mejor esto que verte sin la bici, claro está.
A la entrega de premios al día siguiente llegábamos de la misma forma que a la fiesta de la pasta. Aquí si hubo abundante y variada comida y bebida. Mucha organización y como siempre con los slots alegrías y decepciones.
La conclusión es que es una prueba más que recomendable y que, si puedo, algún día repetiré... Esperemos que con sol.

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