Para mi, esta prueba es una ilusión que desde hace años tengo. Por una u otra razón siempre la había pospuesto. Seguramente el respeto y la incertidumbre que te provoca enfrentarte a una prueba así hace que se valoren antes otras opciones que ésta. Creo que este es el año en el que debía hacerlo. El bajón motivacional por el que iba pasando me estaba haciendo no disfrutar de las pruebas en las que participaba, también de mis entrenos en grupo, demasiado competitivos en ocasiones y con poco tiempo para las charlas intrascendente que son la salsa de estas salidas, y sí para hablar de números, cálculos, programaciones, resultados...
Por eso estoy convencido que este año tenía que ser. Superada ya la resaca post Roma, habiendo disfrutado al 100% de esta maravillosa maratón, que a mí personalmente me ha encantado y a la que espero volver, es tiempo de cambiar mi chip y empezar a pensar en cómo preparar esta superprueba. Ya me veo allí, en sus aguas, en sus carreteras, sudando, rodeado de naturaleza y, como siempre, con un único objetivo, SEGUIR DISFRUTANDO.
1 comentario:
Que tal?
si dios quiere y me respetan las lesiones,coincidiremos en Embrunman este año.
Un cordial saludo
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