A vueltas con el adoquín estoy. Mis maltrechos tobillos no se como soportarán los largos tramos que tiene la Maratón de Roma ni tampoco se como aguantará mi musculatura esta enriquecedora experiencia. Esa es, a día de hoy, mi única preocupación con respecto a la prueba. El martes probé a correr algunos kilómetros sobre el adoquinado que rodea parte del casco antiguo de Cádiz y las sensaciones no fueron buenas, la pisada irregular me provoca inseguridad. Zapas con amortiguación, las que uso a diario para entrenar, creo que será la solución para minimizar los impactos.
Por otro lado, la organización me confirmó mi dorsal, el 188, que me garantiza salir en los cajones delanteros y poder correr con más fluidez casi desde el principio. Ya queda menos...
Por otro lado, la organización me confirmó mi dorsal, el 188, que me garantiza salir en los cajones delanteros y poder correr con más fluidez casi desde el principio. Ya queda menos...
2 comentarios:
Juan, eso te vas un día antes y por la noche, cuando no te vean los Carabinieris, le pones tela asfáltica. Matas dos pájaros de un tiro: quita los adoquines y reconoces el circuito.
Suerte!!!
Adoquines a ti ??? enga ya home, si está Cádiz llena de boquetes...y tienes los tobillos como robles ¡¡¡A ver como lo hacemos para darte ánimos desde aquí ¡¡¡ y que tú los notes ¡¡¡
A disfrutar ¡¡¡
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