
Conocí al Principe de Muresanu, Sergio Ferrero, en el triatlon de Granada del 90. Allí estaba este multideportista, con su peazo de bici, sus peazos de patrocinadores y todo hay que decirlo, su pedazo de mujer, la modelo Andrea Spitzer. Estuvimos cenando con ellos y contando batallititas. Yo, la verdad que me limitaba a escuchar porque todavía no tenía prácticamente ninguna interesante. Sobre todo una por curiosa resultó de lo más simpática, nos contó su experiencia en el IM de Australia de ese año, bien entrenado, bien mentalizado los días previos, se despertó muy temprano, como es habitual en este tipo de pruebas, pero la verdad es que tenía mucho sueño, paró el despertador y pensó, “10 minutitos más”, cuando se despertó ya había finalizado la natación y había realizado un viaje de miles de kilómetros para ser un espectador más. Echamos un buen rato, la verdad.
Pues yo, como me siempre me he querido sentir principe, jeje, hoy he querido emular al amigo Sergio Ferrero. El sábado había dejado listo todo el material para competir el domingo en el Clasificatorio de Marbella. Me despierto muy temprano (5:30 horas) y como no quería ser menos me digo “10 minutitos más”, a las 8 de un salto me levanto, ya es tarde para salir, ya es tarde para llegar... así que me vuelvo a la cama y otra vez será.