El recorrido que he hecho muchas veces estos días por Alii
Drive esta vez lo hago ya en competición. Estos primeros dieciséis kilómetros
discurren por la zona donde se sitúan la mayoría de los alojamientos de los
triatletas estos días. Está animado a ratos ya que la gente se suele agolpar en
otras zonas donde los triatletas sufren más.
La maratón no es bonita, salvo la primera parte que es más
amena, la Queen K y el Energy Lab son una oda al masoquismo. Sin sombra y con
un calor y humedad asfixiantes. Si no vas bien todo se multiplica y lo que
parece duro lo es más porque el tiempo y la distancia parecen detenerse.
No tengo yo esa sensación. No se me hace eterno pero la
verdad es que tengo una mezcla de sensaciones, quiero pero no quiero terminar
ya. Por aquello de no saber si volveré tengo una extraña sensación de que no
quiero que termine. Por mi mente pasan muchas cosas y me acuerdo de muchos y
muchas que han hecho que este largo camino hasta llegar a Kona haya sido
enriquecedor. De los que más me han marcado en estos años no me olvidé, seguro.
Sentía cada gramo de energía que recibía desde la distancia
y pese a que mis sensaciones no eran las idóneas en ningún momento nublaron el
momento y pude ser plenamente consciente de donde estaba y lo que me había
costado llegar allí. Tras pasar el Energy Lab el sol ya se estaba poniendo y ya
sólo tenía en mente llegar a meta y llamar a los míos. Dar un abrazo a Ricardo
que se había portado como un campeón aguantado el interminable día. Los últimos
kilómetros recobro energía y ahí todos sacamos energías y parece que nuestros
cuerpos vuelven a funcionar. Doy palmas a los que me las ofrecen, sonrio…ya
quedan pocos metros. En la recta final ralentizo mi marcha, por aquello de que
termine pero que no termine. Miro al cielo para agradecer a mi padre la energía
que desde algún punto me ha enviado y me ha acompañado. Me paro, miro atrás y
digo. Eso es¡¡¡¡ Eres finisher en Hawai. Mi sueño se ha cumplido. El tiempo es lo de menos aunque con el paso de las semanas es verdad que tengo la sensación de que debía haber sido de otra forma. Fue como fue y con todo lo positivo de la isla me quedo.
También en mi retina y en mi mente todo lo que no me ha gustado tanto. ¿Que si hay que ir? También ahí pienso diferente a cuando vine. Si puedes y quieres estar...A por ello. Y se tu quien saque sus propias conclusiones. Yo tengo ya las mías. Espero volver algún día, no se si la vida me permitirá que sea pronto o tarde o nunca más. Pero espero volver, ser competitivo y disfrutarlo también de otra forma. Mi sueño espiritual ya está logrado. Vayamos por el siguiente¡¡¡¡ Está ahí fuera, SEGURO.