martes, 23 de junio de 2009

TODO ESTÁ EN LA CABEZA

Todos leemos y reelemos en ocasiones hazañas, retos que unos y otros se van poniendo y cumpliendo y que nos llegan asombrar. Unos nos llegan a través de los medios de comunicación, otros ni siquiera salen a la luz, quedan en el anonimato. Algunos de estos hitos son cercanos porque en ocasiones vivimos el día a día de las personas que los afrontan, otros sin embargo los contemplamos como locuras, pero en todos los casos sentimos admiración ante la disposición de estas personas a realizarlos. Grandes travesías de natación cruzando estrechos, canales, ríos… kilómetros pedaleando sin descanso en solitario, ultramaratones bajo condiciones climatológicas extremas… Ante esto lo primero que nos preguntamos es: ¿Qué llevó a estas personas a realizar semejantes proezas? ¿La respuesta es como están ahí, hay que hacerlo? Como punto en común, observamos que todos partieron de la práctica de un deporte que se va transformando en otras actividades más arriesgadas pero que sin duda están caracterizadas por la necesidad de vivencias más originales y subjetivas.
Sin embargo, no es el único denominador común, también existe el cumplimiento de un objetivo que estará directamente relacionado con el deseo de cada deportista. Estos deseos y objetivos no se pueden generalizar porque dependerán de cada individuo; de su historia personal y de su propia estructura psíquica. Para algunos deportistas, la meta consistirá en romper una barrera personal; vencer un obstáculo de orden físico; bajar un récord que no mucho tiempo antes parecía ser inalcanzable. En cambio, para otros, la vivencia de una situación límite como la pérdida de un ser querido, una enfermedad, un accidente, etc, suelen convertirse en el paso inicial de la búsqueda de una actividad positiva que los ayude a superar las dificultades de la vida cotidiana.
La actividad física llevada de forma organizada, disminuye la tensión y genera una sensación de bienestar. El cuidado de las condiciones físicas y el manejo adecuado de las emociones permiten un mayor autoconocimento para vencer obstáculos externos e internos. También en ocasiones hemos oído decir “si soy capaz de hacer esto, soy capaz de afrontar cualquier situación en la vida”. Todos conocemos a alguien que realiza deporte que asegura haber experimentado una sensación única e incluso mística entre la naturaleza y su yo durante la actividad física.
¿Que buscan estas personas?, creo que sólo aspiran a la felicidad. Si bien existen caminos que pueden llevarnos a la felicidad, ninguno nos garantiza que lo lograremos, no hay una vía segura e infalible. El mayor desafío será el conocimiento de uno mismo para superar los propios límites y lograr las metas deseadas. CARPE DIEM.

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